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Lima, Peru
Filósofo e historiador. Nace en España en 1937 y llega al Perú como jesuita en 1957. Formación: humanidades clásicas y literatura, filosofía e historia. Especialización sucesiva: narrativa latinoamericana, filosofía moderna, filosofía de la existencia, historia de la emancipación peruana, pensamiento lukacsiano, historia de la ingeniería peruana y filosofía de la interculturalidad Profesor de la UNI (y rector 1984-89) y otras instituciones académicas en Perú, Budapest, Brasil y Túnez. Autor de 26 libros, 70 colaboraciones en obras colectivas y 150 artículos en revistas. Actualmente dirige el Centro de Historia UNI y es profesor de postgrado en la Universidad Nacional de Ingeniería. Participa activamente en el debate intelectual peruano desde la sociología de la literatura, el marxismo lukacsiano, las perspectivas postmodernas y la filosofía de la interculturalidad. En su libro "Adiós a Mariátegui. Pensar el Perú en perspectiva postmoderna" propone, como horizonte utópico de la actualidad, la convivencia digna, enriquecedora y gozosa de las diversidades que enriquecen a la sociedad peruana. Contacto: jilopezsoria@gmail.com

2 feb 2017

Imaginar el futuro

José Ignacio López Soria

            Publicado en: Gaceta cultural del Perú. Lima,(16), p. 16, febr. 2006.

En los dominios de la cultura, el divorcio entre el Perú real y el Perú oficial, del que hablara Basadre, sigue vigente. Si algo necesita el Perú oficial es reconciliarse con la diversidad cultural que nos caracteriza. Tengo para mí que el Perú no es culturalmente viable mientras no asumamos como propia la diversidad (de lenguas, valores, sistemas simbólicos, saberes, conocimientos, creencias, experiencia acumulada de trabajo, etcétera) que nos enriquece. El Perú oficial, empeñado desde antiguo en construir homogeneidad, entendida modernamente como piedra angular del Estado-Nación, no ha tenido ojos para ver la diversidad o, cuando los ha tenido, ha sido para considerar la diversidad como desventaja. Lo “otro”, lo considerado diverso, quedó condenado a la desaparición, la marginación o la asimilación al proyecto de modernidad occidental con pérdida de sus propias pertenencias culturales. Pero la diversidad no solo ha resistido a los embates homogeneizadores. Mirko Lauer, refiriéndose a América Latina, ha escrito recientemente “El tema de un revival cultural andino empieza a ocupar el centro del escenario político en la región.” (La República, 25/01/2006, pág. 6). Los pueblos andinos y, en su tanto, los amazónicos y los afroperuanos han decidido tomar la palabra. Tener en cuenta esa palabra para articular, dialógicamente, un proyecto societal y cultural inclusivo que, más allá de la tradicional tolerancia, asuma la diversidad como fuente de gozo y riqueza es, a mi juicio, el único camino que nos queda para una convivencia digna entre las diversidades que poblamos este país. Y mientras los “otros” dicen su palabra, nos toca a “nosotros” renuncia definitivamente a la autoatribuida universalidad para entendernos también como particulares, con una particularidad que será digna de ser tenida en cuenta solo si sabe reconocer los derechos y las pertenencias culturales de los demás.


Imagino el futuro cultural del Perú como una convivencia enriquecedora y dialogante de lenguas, sistemas simbólicos, creencias, conocimientos, saberes, valores, nociones de vida buena, etcétera, enraizada en nuestras mejores tradiciones y animada por la decisión compartida e institucionalizada de vivir dignamente juntos sin renunciar a nuestras pertenencias. Ese futuro no es una meta sino un camino que tenemos que comenzar a transitar hoy. 

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