José Ignacio López Soria
Publicado en: Educación y buen gobierno. Lima, Foro Educativo , 2006, p. 90-99.
Introducción
Desde hace ya algunos lustros, concretamente desde las dos últimas década del siglo XX, está en marcha un proceso de globalización que nos va llevando a todos, en cada vez más aspectos, a tener el mundo como marco obligado de referencia. Este proceso viene acompañado de un cierto desborde de las dimensiones institucionales de la modernidad y especialmente de esa hechura del proyecto moderno que conocemos como estado-nación. El cuadro se completa –y me refiero sólo a sus trazos fundamentales- con los procesos de agrupamiento de los países en bloques multinacionales y con una liberación de las diferencias que se manifiesta en el resurgimiento de identidades locales y regionales en pugna con los afanes homogeneizadores de la globalización desde arriba. Estas tendencias se ven facilitadas por las nuevas tecnologías de la información y las telecomunicaciones. (TICs).
Bastan tal vez estos pocos trazos para advertir que estamos en medio de un proceso multidimensional que remece los cimientos de la organización y la convivencia social y que se pone de manifiesto tanto en los dominios de la cultura como en los subsistemas de acción social e incluso en la vida cotidiana.