José Ignacio López Soria
Conferencia con motivo de la colación del grado de doctor honoris causa por la Universidad Particular Antenor Orrego, Trujillo, 11 de noviembre 2011.
Agradecimiento
Sean mis primeras palabras, Señor Rector de la Universidad Particular Antenor Orrego, distinguidas autoridades que nos honran con su presencia, colegas de la Facultad de Arquitectura y participantes todos en esta ceremonia, para manifestar mi profundo agradecimiento por la distinción que hoy se me otorga. Sé que con ella, si me atengo a las tradiciones universitarias, se me concede un grado que implica de suyo aquello que en las universidades medievales se conocía como licentia docendi (licencia para enseñar), y esta licencia no es solo un permiso para ejercer la docencia sino una convocatoria a ejercerla efectivamente en una universidad que ha sabido recoger el legado del ilustre maestro y filósofo indoamericano Antenor Orrego.
A la ceremonia de colación del grado solía seguir, en las universidades medievales, la llamada inceptio, una primera lección que el graduado impartía ante las autoridades, los maestros y los alumnos universitarios para comenzar a ejercer su licentia docendi. Y eso es lo que voy a hacer ahora, ofreciendo algunas reflexiones sobre la cooperación para el desarrollo social, tarea que el colectivo de las universidades reunidas en el CRINORTE está ya llevando a cabo y que piensa seguir enriqueciendo como parte constitutiva de su quehacer universitario y de su responsabilidad social.