Presentación
del número 2 de Limaq. Lima, 9 / 2 /
2017. Librería El Virrey
José
Ignacio López Soria
En el texto de apertura del número 1 de Limaq, revista de arquitectura de la
Universidad de Lima, Enrique Bonilla di Tolla, director de la carrera de
arquitectura, después de referirse a la procedencia y el significado del nombre
de la revista, termina afirmando que, a través de ella, “nos proponemos
hablar.” (p.7) En ese primer número, hablaron de “pedagogía y
arquitectura” y en este segundo lo hacen
de “conservación del patrimonio”. Pero antes y simultáneamente, a través de la
palabra escrita, hablaron de los pueblos de indios de Cusco y Apurímac, con la
voz autorizada de Graciela María Viñuales y Ramón Gutiérrez, y dijeron también
su palabra sobre la arquitectura y el humanismo de Héctor Velarde y sobre la
modernidad y sus rostros en la amplia obra de Walter Weberhofer. Todo ello
muestra que el área de arquitectura de la Universidad de Lima, sabiéndose
institucionalmente joven, está efectivamente hablando, haciéndose presente en los
debates, propuestas y rememoraciones de eso tan complejo a lo que llamamos
“habitar” y su dación de forma a través del quehacer arquitectónico y
urbanístico.
Nos toca hoy “presentar” el segundo
número de Limaq, que como el
anterior, está dividido en tres partes, la primera se ocupa del tema eje del
número, en este caso de la “conservación del patrimonio”; la segunda, con el nombre de Scientia
et praxis (un título que rememora los tiempos fundacionales de la
universidad), recoge aportes de los docentes de la propia universidad sobre
temas variados pero, de alguna manera, relacionados con el eje central del
número; y la tercera, dossier, muestra
resultados del trabajo de investigación de estudiantes y egresados recientes de
la carrera de arquitectura.
Voy a dividir mi intervención de esta
noche en dos partes: primero haré brevemente lo que solemos entender como
“presentación”, para luego dialogar con los mensajes que los textos del número
2 de Limaq nos transmiten.